jueves, 14 de junio de 2012

LO BUENO, CROISSANT.

No es fácil olvidar el delicioso sabor de un buen croissant, acompañado de una buena taza de café, chocolate y hasta gaseosa. Muchos de los postres que comemos diariamente, tiene los orígenes mas insólitos y hasta hilarantes.

Los croissants, cachito, medialuna o croasán, es un bollo de orígen francés y no austríaco o húngaro como se cree popularmente, su orígen sigue siento un misterio, pero ciertamente no fue creado antes de 1850. Hay muchas leyendas que hablan sobre el orígen de esta suculenta y reconocida pieza de la bollería, pero la que mas nos llama la atención y eleva nuestra imaginación al máximo es la de los panaderos vieneses que dieron la alarma antes del ataque de los turcos durante la ocupación de aquellos al terriorio austríaco en 1863.

"Esta historia parece deber su origen, o cuando menos su difusión, al bueno de Alfred Gottschalk, que escribió sobre el croissant en la primera y ya inconseguible edición del Larousse gastronomique(1938); ahí ofreció la versión del “ataque turco sobre Budapest”, aunque en su volumen sobre historia culinaria (Histoire de l’alimentation et de la gastronomie, 1948) optara por el “sitio de Viena, 1683”. De hecho, el mundialmente famoso croissant, es decir, el cuerno parisino, el que podemos conseguir, digamos, en la casi perfecta panadería Da Silva, en Oscar Wilde no. 12, en Polanco (casi perfecta; la panadería perfecta es la de Pierre Hermé, en la rue Napoléon del parisino Saint-Germain-des-Prés), no puede datarse más allá de la segunda mitad del siglo diecinueve. La primera mención de importancia ocurre en algún diccionario de 1863, la primera receta de un “croissant” (pero se refería a una pieza de la repostería oriental) apareció en 1891, y la primera que sí corresponde al cuernito no se dejó ver hasta 1905."








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