domingo, 10 de junio de 2012


LO BUENO, DEL MERCADO DE FRUTAS AL MUSEO DE ORSAY EN PARIS




Muchos pensarán que la globalización de la gastronomía peruana es reciente y que gracias a marketeros, perdón, cocineros bonachones es que esta ha logrado su máxima expresión y reconocimiento. Perú es un país  donde las frutas destacan por sus galantes colores, aromas, sabores y texturas; reconocidas también por su alto contenido en nutrientes y debo decir una que otra propiedad exótica y cargada de erotismo. Desde que se escribe la historia las frutas han sido protagonista de muchos eventos desde lo artístico hasta protagonistas de polémicos eventos.

Es esa cualidad exótica y variedad en el color lo que las hace protagonistas de esta entrada en el blog.

Eugène Henri Paul Gauguin, muchos se preguntarán a que viene este gran artista plástico de origen francés,  conocido por su desempeño dentro de la corriente posimpresionista, tiene que ver no solo con las frutas sino con otros elementos artísticos representativos de esta patria culinaria. Nacido en París, nieto de la afamada escritora feminista Flora Tristán, Gauguin su madre y su hermana arrivaron a Lima a casa de si tío abuelo Pío Tristán.

En Perú, Gauguin vivió los primeros años de su vida en una confortable situación económica y bajo la protección familiar vivió los primeros 4 años de su vida, aprendiendo el idioma y siendo visitante frecuente de los mercados de fruta que abundaban en la ciudad por allá en 1853.

Fruto de sus viajes y estudios, Gauguin decide dejar su carrera como agente de bolsa y volcarse por completo en el mundo del arte. Amigo cercano de otro gran artista Vincent Van Gogh y protagonista de la conocida historia del lóbulo cercenado de la oreja de esté pintor impresionista, Gauguin hace un viaje a  Thaití en busca de inspiración en los lugares paradisíacos y de la sensibilidad que buscaba expresar através de su arte.


Los colores de las frutas que hicieron parte de su dieta en Lima, inspiraron en colores y texturas la producción pictorica del artista, siendo estos protagonistas en muchos de sus cuadros, resaltan los colores de la lúcuma y los duraznos. También figuran esculturas de barro en sus cuadros, con figuras que representan huacos precolombinos, incluso en su autoretrato de 1889, su figura es tomada de la apariencia de rostros en huacos mochicas.


Para sus útlimos días Gauguin decide viajar a Tahití en busca de un estilo de vida que posiblemente fué generado por su estadía en Perú, muchos de sus escritos, esculturas y pinturas, evocan su niñez en Lima.
Así casi 110 años despues de su muerte, podemos concluir que las frutas que ahora maravillan al mundo y que hacen presencia en grandes ferias de gastronomía, penden en cuadros muy representativos de la mejor época de este artista, cuyas raíces pertenencen a esta gran nación.











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